LA INFANTERÍA DE MARINA REGÓ CON SU SANGRE TODOS LOS PUNTOS DEL PLANETA

 Entrevista publicada en el periódico LA VOZ DE CÁDIZ el día 17 de mayo de 2021 (periodista Verónica Sánchez)

El comandante Jesús Campelo Gaínza (Cádiz, 1973), miembro de la Asociación Española de Militares Escritores y autor del libro ‘Desde 1537’, en el que desgrana la historia de los (como reza en el lema de la Infantería de Marina) ‘valientes por tierra y por mar’. Destinado en el Cuartel General de la Fuerza de Infantería de Marina, el comandante Campelo ingresó en el cuerpo con 18 años y ha sido profesor en la Escuela de Infantería de Marina de Cartagena y en la Escuela Naval Militar de Marín, aunque la mayor parte de su carrera la ha desarrollado en el Tercio de Armada y ha participado en operaciones internacionales en Bosnia, Albania y Haití.


¿Por qué decidió escribir un libro sobre la Infantería de Marina?

La idea surgió cuando aprecié la necesidad de que existiera un libro actualizado, desde el año 1537 hasta nuestros días, donde ya estuvieran incluidas las operaciones internacionales de ayuda humanitaria y de mantenimiento de la Paz; ya que el más completo que existía era el del general Rivas Fabal, cuya primera edición se escribió en 1967, y los que se habían editado después estaban muy bien ilustrados, pero yo los apreciaba demasiado resumidos. Ésto me hizo lanzarme a la aventura, a veces dura y complicada, de obtener datos y contrastar información en distintos museos, archivos y bibliotecas, para aprender y luego difundir, nuestros hechos y vicisitudes.

¿Cómo eran los primeros infantes de Marina?

Quiero pensar que aquellos antiguos infantes de Marina del siglo XVI no eran muy diferentes a como somos ahora, salvando las diferencias tecnológicas y de procedimientos lógicamente, pues seguro que compartimos la misma vocación de servicio a España, allá y cómo se nos ordene. Valor fundamental para afrontar la dureza de los conflictos en los que se ha participado en estos casi cinco siglos, en escenarios tan lejanos como diferentes.

De toda la historia del cuerpo, ¿con qué gesta se quedaría?

Es que hay muchas. Es difícil quedarse con una, ya que la Infantería de Marina ha regado con su sangre y sudor prácticamente todos los puntos del planeta. Quizás con la campaña de Lepanto, de la que ahora se cumplen 450 años, por su importancia estratégica, o con la defensa de Cartagena de Indias y del Morro de La Habana, por el arrojo ante un enemigo mucho más poderoso. Aunque también, como no, habría que resaltar la participación de los infantes de marina en la Guerra de Sucesión, en la Guerra de la Independencia, en las tres Guerras Carlistas, en América, el norte de África, la actual Indochina, Cuba y Filipinas, así como en ambos bandos de la Guerra Civil o en los conflictos de Guinea, Ifni y Sáhara. El estudio de cada uno de estos hechos te hace ver la calidad personal y profesional de los infantes de Marina en cada momento, y eso me hace sentirme muy orgulloso. Además, aun siendo gestas de otro tipo, habría que señalar la importante labor que el personal del cuerpo ha realizado y realiza en sitios tan complicados como Bosnia, Líbano, Haití, Afganistán, Irak, aguas de Somalia o Mali.

Afirma en su libro que ahora la Infantería de Marina se encuentra inmersa en una sexta época histórica.

Bueno, he de aclarar antes que nada que ésa es una reflexión absolutamente personal, que requerirá que sea afrontada por la Comandancia General y valorada por el Instituto de Historia y Cultura Naval de la Armada, a la cual pertenecemos. Es que el estudio de la historia de la Infantería de Marina tradicionalmente está dividido en cinco épocas diferentes, según cual fuera su misión predominante. De esta manera, se estableció que la quinta y actual empezó en el año 1957 al recuperarse la fuerza de desembarco. Yo lo que opino es que en 1996 comenzó una sexta época porque en ese año se aprobó el Plan E-01(A), que implicó una importante reestructuración orgánica, y también porque ese año comenzó la participación de unidades de Infantería de Marina en operaciones internacionales, ya que hasta ese momento tan sólo se habían desplegado algunos oficiales en misiones de la ONU. También porque a partir de ahí, durante los años posteriores se fueron sucediendo otros cambios significativos, tales como la plena incorporación de la mujer a cualquier unidad, la suspensión del servicio militar obligatorio o el ingreso de naturales de países con los que se mantiene una fuerte relación histórica y cultural. Por todo ello, considero que la Infantería de Marina española ya se encuentra inmersa en una época histórica diferente, con otros retos, misiones, adiestramiento e incluso imagen. Pero como digo, ésto no es más que una consideración personal, que podría ser analizada.

¿Cree que son desconocidos para la sociedad?

Obviamente, de todas las Fuerzas Armadas no somos los más conocidos. Eso se evidencia cuando se habla con alguien ajeno a la milicia, tanto porque nuestra imagen no es tan reconocida en comparación a la que proyectan otros compañeros, como porque se ignoran las capacidades anfibias y expedicionarias que podemos proporcionar. Tampoco es muy conocido que somos la Infantería de Marina más antigua del mundo, de la que tomaron nota otras naciones para crear las suyas propias, algunas tan famosas como los US Marines. Pero en los últimos años, gracias a exitosas acciones como la de la intervención de los misiles del buque So-San, la del rescate de la ciudadana francesa en Somalia o, por supuesto, nuestra activa participación durante la operación ‘Balmis’ en todas las provincias e islas donde estamos basados, creo que el cuerpo ya está empezando a ocupar el puesto que le corresponde.

¿Por qué el patrón de la Infantería de Marina española es un santo checo?

Es una pregunta que me consta que nos surge a muchos, cuya respuesta es sencilla cuando se investiga un poco su figuraSan Juan Nepomuceno es un santo del que eran muy devotos en Centroeuropa por ser el mártir del sigilo sacramental y defensor de la honra y la buena fama. No en vano fue asesinado por negarse a revelar las confidencias de la reina de Bohemia, del que era su confesor. Su devoción, por tanto, la trajo a España la dinastía de los Habsburgo. El cuerpo lo adoptó como Santo Patrón para que el infante de Marina no quebrante nunca la consigna encomendada y que la defienda incluso con su propia vida. Su festividad se celebra el 16 de mayo.

¿Y puede contarnos alguna anécdota curiosa o desconocida?

Hoy en día, sin duda por su relevancia, está la curiosidad de aquellas mujeres que, en una época donde no se podía, participaron como infantes de Marina en algunas batallas, como María ‘la bailaora’ en Lepanto o Ana María de Soto en los últimos combates del siglo XVIII. Pero una de las que a mí más me ha impresionado es la del capitán Pujales Salcedo en Filipinas en la guerra de 1898 cuando, al ser hecho prisionero por el enemigo, para evitar que la bandera de su batallón fuera ultrajada o destruida, tuvo la gallardía de mantenerla enrollada alrededor del estómago como si fuera un vendaje, durante los casi cuatro meses que estuvo en cautividad. Esa bandera superviviente, declarada inservible, hoy está custodiada en el Museo Naval.



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