DE INFANTES DE MARINA A GENERALES DEL EJÉRCITO

Artículo publicado en el Boletín de Infantería de Marina (BIM) nº 25 de diciembre de 2015


En nuestra historia militar existen dos Infantes de Marina, de dos épocas diferentes, que tienen algo muy importante en común: ambos entraron muy jóvenes en la milicia como Soldados de Infantería de Marina y llegaron a ser Generales del Ejército de Tierra. Me refiero a Don Pablo Morillo y Morillo y a Don José Enrique Varela Iglesias. Como homenaje a ellos, y como ejemplo para muchos de nosotros, considero que se merecen este pequeño reconocimiento en nuestro Boletín. 

Don Pablo Morillo y Morillo.
Nació el 5 de mayo de 1775 en Fuenteseca (Zamora) y el 19 de marzo de 1788 ingresó en Infantería de Marina como soldado voluntario con tan sólo trece años. Participó en las Guerras Revolucionarias Francesas en más de siete acciones, sobre todo en el sitio de Tolón, donde fue herido de gravedad.
Luchó en la batalla naval del Cabo San Vicente del 14 de febrero de 1797, donde fue hecho prisionero a bordo del navío San Isidro, siendo liberado poco después y ascendido por méritos a sargento de Infantería de Marina, empleo con el que combatió también en el combate naval de Trafalgar del 21 de octubre de 1805 a bordo del navío San Ildefonso, donde nuevamente fue herido y hecho prisionero por los ingleses.
Tras ser liberado y una vez estallada la Guerra de la Independencia española contra Napoleón, se alistó en el mes de junio de 1808 como subteniente de Infantería en el Regimiento de Voluntarios de Llerena, dentro del Ejército del general Castaños, con quienes tomó parte en la famosa batalla de Bailén. En ella una vez más se distinguió por su valentía y por ello fue ascendido por méritos de guerra a teniente. Después de esta batalla fue destinado a la zona de operaciones de Extremadura y allí participó en los combates de Yelbes y Almaraz, donde tras los cuales fue ascendido a capitán del Regimiento de Voluntarios de España el 22 de enero de 1809.
Desplegado ya en Galicia, lideró junto con el teniente Almeida y Bernardo González “cachamuiña” la resistencia popular que provocó la expulsión de la ciudad de Vigo de los napoleónicos, siendo ascendido por ello al grado de coronel. Poco más tarde, el 7 de junio de 1809, organizó en los alrededores de Pontevedra un Ejército capaz de frenar el avance de las fuerzas francesas del mariscal Michel Ney provenientes de La Coruña. Este Ejército se denominó “la División del Miño” y venció al enemigo en  Puentesampayo, sobre el río Verdugo, obligando a los franceses a evacuar Galicia definitivamente. La valiente defensa de ese puente la mandó el alférez de navío O'Dogherty con sus soldados del Sexto Regimiento de Marina de Ferrol.

En el año 1813 se unió al Ejército del Duque de Wellington y con él, mandando la Primera División española, venció a José Bonaparte el 21 de junio de 1813 en la batalla de Vitoria, obteniendo tras ella el ascenso a teniente general.

Una vez finalizada la Guerra de la Independencia en el año 1814, el rey Fernando VII lo designó como Jefe del Ejército Expedicionario de 65 buques y 15.000 mil hombres que tenía la misión de pacificar las provincias de Venezuela y Nueva Granada. De esta gigantesca Operación destacó la toma de Cartagena de Indias el 15 de noviembre de 1816 después de un largo asedio de más de dos meses, ciudad que a su entrada encontró completamente saqueada y con las calles llenas de cadáveres en descomposición. 

Dos años más tarde, el 16 de marzo de 1818, el general Morillo venció a Simón Bolívar y su Ejército Independentista en la Quebrada de La Puerta, en Venezuela, cuando se dirigían a conquistar Caracas. Ese día Pablo Morillo, sabedor de que el Ejército de Simón Bolívar se dirigía hacia la capital, decidió salir a esperarlo en una depresión montañosa por la que discurre entre cañadas el río Guárico, destruyendo al Ejército de Bolívar tras atacarlo desde tres frentes cuando estaban cruzando una pequeña llanura que había dentro de la vaguada, causándoles a los insurgentes más de 1.200 bajas. Por parte realista cayeron unos 500 españoles. Tras esta victoria se restableció el Virreinato español, Pablo Morillo fue nombrado Marqués de La Puerta y Simón Bolívar tuvo que esperar más de cinco años para poder hacerse finalmente con Caracas.
De vuelta a España fue designado Comandante General de Galicia, participando en la Primera Guerra Carlista en apoyo de la Reina Regente, pero no vio el fin de esta guerra porque falleció el 27 de julio de 1837 a la edad de sesenta y dos años debido a su deteriorada salud.

El teniente general Morillo tiene más de 150 acciones de guerra reconocidas y está condecorado con once cruces de distinción, es Conde de Cartagena y Marqués de la Puerta y posee una Gran Cruz de Carlos III, una Gran Cruz de la Orden de San Fernando y es Regidor perpetuo de la ciudad de La Coruña.

Don José Enrique Varela Iglesias.
Nació el 17 de abril de 1891 en San Fernando (Cádiz), hijo del sargento de Infantería de Marina Don Juan Varela Pérez. Desde muy niño Varela siempre quiso ser militar, llegándole a decir en una ocasión a su padre: "Mi deseo es pertenecer a fuerzas de choque para luchar en primera fila en defensa de mi Patria".

El 2 de junio de 1909, con 18 años cumplidos, ingresó como corneta en el Primer Batallón del Primer Regimiento de Infantería de Marina de San Fernando, donde su padre era el Jefe de la Banda. Sólo tres meses después causó baja como corneta y pasó a ser soldado de Infantería de Marina dentro de la 2ª Compañía del mismo Batallón, donde en el mes de enero de 1910 ascendió por elección al empleo de cabo. Tan sólo un año y medio después, en julio de 1911, fue ascendido también por elección al empleo de sargento de Infantería de Marina. 

Gracias a ser ya sargento pudo acogerse a los beneficios que por aquella época se les daban a los de dicho empleo para acceder a la formación como Oficiales, ingresando en la Academia de Infantería de Toledo en Septiembre del año 1912, tras aprobar los correspondientes exámenes. Tres años más tarde obtuvo el despacho de alférez de manos de Alfonso XIII con la calificación de sobresaliente.

A su salida de la Academia fue destinado a Melilla y de ahí pidió su pase a las Fuerzas Regulares de Larache. Ya de teniente, allí obtuvo por dos veces la más alta condecoración militar española: la Cruz Laureada de San Fernando.

La primera Laureada la obtuvo tras el combate de la cueva de Ruman del 20 de septiembre de 1920, donde al frente de su sección de Regulares suprimió a punta de bayoneta y tras feroces combates cuerpo a cuerpo, un centro de resistencia rifeño que se encontraba en un recodo del río Lucus desde el que se impedía el paso de las columnas logísticas españolas. Al salir de la cueva, de los veinte hombres de su Sección sólo quedaban vivos el teniente Varela y cuatro más.

La segunda Laureada le fue concedida tras el combate del 12 de mayo de 1921 en la meseta de Abdama, donde el teniente Varela resistió al mando de una compañía de unos noventa hombres los furiosos ataques de un enemigo muy numeroso. Tras más de ocho horas resistiendo, los asaltantes rifeños finalmente se retiraron. En tan largo combate fueron bajas los otros cuatro Oficiales de la compañía y más de cincuenta miembros de tropa, pero se consiguió mantener la posición sin perder un palmo de terreno.

Además, por el combate del monte Ifermin del 24 de marzo de 1925 obtuvo también una Medalla Militar individual y el 8 de octubre de 1925 participó al mando de una unidad indígena denominada “Harka Varela” en el Desembarco de Alhucemas, la primera Operación aeronaval de la historia. Por éste y por otros méritos de guerra en todo este largo periodo en África, fue ascendiendo hasta llegar al empleo de coronel, siendo entonces destinado a mandar el Regimiento de Infantería de Cádiz. 

El 30 de octubre de 1935 el Ministro José María Gil-Robles lo ascendió a general de brigada, empleo con el que junto con el General López Pinto encabezó en Cádiz el alzamiento militar del 18 de julio de 1936 y con el que comandó la fuerza que participó en algunas de las operaciones más importantes de la Guerra Civil en las zonas de Andalucía oriental, Extremadura, Castilla, Aragón y Levante, siendo ascendido en el mes de mayo de 1938 al empleo de General de División.

Finalizada la Guerra Civil ostentó primero el cargo de Ministro del Ejército y luego, tras ascender en septiembre de 1942 a teniente general, el de Alto Comisario de España en Marruecos. Falleció debido a una leucemia el 24 de marzo de 1951 y a su muerte fue nombrado Marqués de Varela de San Fernando a título póstumo.


El teniente general Varela, aparte de las dos Cruces Laureadas de San Fernando y la Medalla Militar individual, está condecorado entre otras con tres Cruces de Guerra, cinco Cruces del Mérito Militar con distintivo rojo, una Cruz del Mérito Naval con distintivo rojo y las tres Grandes Cruces con distintivo blanco al Mérito Militar, Naval y Aeronáutico.

Nota: Parte de la información utilizada para la confección de este artículo ha sido obtenida de trabajos realizados por el prestigioso Historiador militar Don Jesús Narciso Núñez Calvo.


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