PEDRO VIVES VICH. UN PIONERO DE LA AVIACIÓN
Artículo publicado en la web EJÉRCITOS.ORG el 14 de marzo de 2017
Un
caluroso 18 de mayo del año 1878, un joven teniente de apenas veinte años, hijo
de un modesto empresario textil catalán, cruzaba orgulloso las majestuosas
puertas de la Academia de Ingenieros de Guadalajara con su diploma de número
uno de su promoción bajo el brazo. Su primer destino sería el 2º Batallón del
4º Regimiento de Zapadores Minadores de Barcelona. Se trataba de Pedro Vives
Vich, cuya pasión por la aeronáutica pronto le iba a convertir en el verdadero
pionero de la Aviación española.
Después
de unos exitosos primeros años de carrera militar, forjados sobre todo en los
conflictos que se sucedían durante aquellos años en nuestras provincias de
ultramar, en el año 1883, el Capitán Pedro Vives obtuvo licencia para estudiar
las novedosas técnicas industriales norteamericanas en Saratoga (EEUU),
especializándose en el empleo para la milicia de las palomas mensajeras, y
llegando a crear a su regreso a la península, el Palomar militar de Málaga, el
cual tuvo un importante papel en las comunicaciones con Melilla durante las
campañas africanas. Al poco de ascender a Comandante, participó también en esos
conflictos dirigiendo la construcción de numerosos puentes, algunos incluso
bajo el fuego enemigo.
Ya en
1896, y después de varias visitas a los servicios aerostáticos que se estaban
organizando en diversos países europeos, consiguió crear en España la llamada
Compañía de Aerostación, implicándose personalmente en el estudio de las nuevas
técnicas aeronáuticas en el manejo de globos.
El día
9 de julio de 1897 realizó en París su primera ascensión libre, alcanzando una
altura máxima de 1160 metros y recorriendo una distancia de 13 kilómetros en
una hora y media.
En el
mes de mayo de 1902 fue ascendido al empleo de Teniente Coronel de Ingenieros,
siendo nombrado jefe del Parque Aerostático español gracias a sus detallados y
concienzudos estudios científicos sobre el tema. Poco más tarde, y por voluntad
expresa del Rey Alfonso XIII, se le encargó la misión de investigar, probar y
comprar los nuevos globos de observación para el Servicio. De esta forma se
consiguió impulsar de manera oficial nuestra Aeronáutica.
Después
de varios años continuados de importantes estudios y trabajos, el 5 de mayo de
1910 y siendo ya Coronel, surcó los cielos de Madrid a bordo del flamante
dirigible “España”, la primera nave militar aérea con bandera española, el cual
era un zeppelín de 4.000 metros cúbicos modelo “Clement- Bayard”, comprado en
Francia.
En el
mes de septiembre de 1910 fue nombrado Director de la Academia de Ingenieros de
Guadalajara, manteniendo aún así la Jefatura del Servicio de Aeronáutica, por
lo que fue el encargado, tanto de la construcción del primer campo de Aviación
militar, como de la adquisición en París de los tres primeros aeroplanos del Ejército
español: dos “Henri Farman” con motor Gnome y un “Maurice Farman” con motor
Renault.
El propio Coronel Vives fue el primero en volar con ellos, en el nuevo
Aeródromo de Cuatro Vientos, que sería el lugar donde además se establecería la
primera Escuela de pilotos militares. En agosto de 1911 finalizó el curso la
primera promoción, constituida por cinco Oficiales de Ingenieros, ya que en
esos inicios la Aviación era un servicio exclusivo de ese arma. Ellos eran
Alfredo Kindelán, Emilio Herrera, Enrique Arillaga, Eduardo Barrón y José
Ortiz-Echagüe.
El 28
de febrero de 1913 dividió el Servicio de Aeronáutica Militar en dos secciones,
la de Aviación y la de Aerostación. También estableció los primeros aeródromos
militares en el África española, donde debido al recrudecimiento de los
combates, en octubre de 1913 decidió el envío a Tetuán de la Primera
Escuadrilla Aérea Expedicionaria española, al mando del Capitán Kindelán y
compuesta por otros nueve pilotos y seis observadores de aeroplanos, todos
recientemente formados en Cuatro Vientos. Esta unidad estuvo formada por cuatro
aviones biplanos “Farman”, cuatro biplanos “Lohner Pfeil”, tres monoplanos
“Nieuport” y un Escalón de mantenimiento, integrado por un maestro de taller,
dos Suboficiales y 55 Soldados. Durante esa campaña tuvieron lugar los primeros
bombardeos aéreos de la historia de España, tras lanzarse a mano, y sin visor
de puntería, proyectiles de diez kg de la casa Carbonit.
Inexplicablemente
en el año 1915, y cuando en toda Europa se fomentaba enormemente la Aviación
militar debido a la Gran Guerra, en nuestras más altas esferas se dedicaron a
algo tan español como el “cainismo”, desembocando en la destitución del Coronel
Vives y la desaceleración de nuestra Aeronáutica. Fue destinado entonces al Servicio
de Ferrocarriles, donde al poco tiempo ascendió a General de Ingenieros.
Nueve
años más tarde pasó a la reserva, y ya durante la Segunda República, el
Presidente de la Generalitat de Cataluña Francisco Maciá le ofreció presidir el
Parlamento Catalán, cargo que rechazó.
El 9
de marzo de 1938, con 80 años de edad y en plena Guerra Civil, el General Vives
Vich falleció en la Embajada de Noruega de Madrid, donde estaba refugiado para
eludir a unas partidas de milicianos que, a pesar de sus ideas liberales,
intentaban detenerlo.
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