EL NUEVO PELOTÓN DE FUSILES DEL CUERPO DE MARINES
Artículo publicado en la revista EJÉRCITOS de julio de 2018
El
pasado mes de mayo, durante la entrega anual de premios de la “Marine Corps Association and Foundation”,
el Comandante General del United States Marine Corps (USMC) Robert B. Neller, informó
de una nueva reestructuración en el organigrama de sus pelotones de fusiles, lo
cual parece que ha causado bastante revuelo en las filas del Cuerpo.
Esta nueva
configuración consiste en la reducción de un marine por pelotón, pasándose de
los trece actuales a tan sólo doce, y agrupando a su vez a estos doce marines
en tres equipos de fuego (o escuadras) de tres soldados, más un cuarto elemento
llamado “de mando”, formado por el Jefe de pelotón, un segundo Jefe y un Operador de los sistemas del pelotón.
Esta
figura del Operador de sistemas ha sido lo que más ha impactado, ya que
consiste en un marine que, en lugar de dedicarse a batir por el fuego al
enemigo como sus compañeros, se dedicará a manejar todos aquellos dispositivos
electrónicos de los que disponga el pelotón, para así conseguir una mejor información
del campo de batalla y un eficaz tratamiento de la Inteligencia que proporcione
la unidad superior. Según palabras del propio Comandante General Neller, este
Operador de sistemas será el marine que tenga mejor formación
tecnológica de su unidad, aunque pertenecerá igualmente a la especialidad
fundamental “0300 infantería”[1], para en ningún caso
quedar desvinculado de su principal cometido como fusilero. La dotación de
medios técnicos del pelotón incluirá como mínimo una radio multicanal y una
“tablet” donde recibir los informes de Inteligencia de su compañía, o desde la
que poder controlar sus propios medios de obtención de información, como por
ejemplo un dron cuatrimotor asignado también a cada pelotón.
Y es
que la idea de aumentar enormemente el tratamiento de la Inteligencia y la
gestión de la información es un objetivo generalizado en todo el Cuerpo de
Marines, donde además se pretende que cada compañía de fusiles tenga su propia
sección de Inteligencia y Operaciones para ayudar en la obtención de
información y en su análisis. Esta sección tendrá un oficial de Operaciones del
entorno de la Inteligencia, un oficial de gestión de la información, además de un
brigada que tendrá a su cargo a tres marines especialistas en Inteligencia y a
cuatro en Operaciones, además de también otros cinco marines para manejar los
RPAS[2] que tenga asignados cada compañía.
Indudablemente
este nuevo pelotón surge motivado por las experiencias en combate de los
marines norteamericanos, donde se ha comprobado que en la guerra moderna cobra
vital importancia el eficaz uso y aprovechamiento de la Inteligencia, y éso sin
reducir lo más mínimo su potencia de fuego, más bien aumentarla lo más posible.
Como curiosidad, comparación con el
pelotón en uso en la Infantería de Marina española.
Como
es conocido, todas las Infanterías de Marina de los países integrantes de la
OTAN, se basan en la doctrina norteamericana para redactar sus correspondientes
manuales de táctica y de Operaciones anfibias.
En lo
que respecta a la táctica de la Infantería de Marina española, su pelotón de
fusiles ya se redujo en los años finales del siglo XX, tras eliminarse uno de
los tres equipos de fuego con los que contaba a tan sólo dos. Si bien en este
caso esta reducción vino más condicionada a problemas de cobertura de personal,
ocasionados tras la suspensión de la milicia de reemplazo, por ejemplo, que a
otros condicionantes de carácter operativo.
De
esta forma, en el Reglamento más actual del pelotón de fusiles de la Infantería
de Marina española, que es una publicación “sin clasificar” y que fue
promulgada por el Almirante de la Flota en el mes de abril de 2012, éste queda
establecido en el pelotón de tan sólo dos equipos de fuego de cinco soldados,
siendo su entidad de once militares al incluir al Jefe que lo manda, que desde
hacía años estaba operando en las compañías de fusiles de los batallones de
desembarco.
Aunque
en un principio esta drástica reducción fue un gran impacto en las filas del
Cuerpo, rápidamente se asumió con resignación al comprobarse que al menos de
esta manera nunca se rompía su integridad táctica al embarcar en los nuevos
medios de desembarco que en esas fechas estaban llegando al Tercio de Armada,
tales como las embarcaciones DUARRY
SUPERCAT, las nuevas AAVs, los
helicópteros AB-212 o los vehículos MOWAG
PIRANHA, como ya ocurría con los anteriores pelotones más grandes.
Además,
haciendo gala de esa flexibilidad y capacidad de adaptación que siempre
caracterizó a la Infantería de Marina española, para no perder potencia de
fuego y aprovechando el aumento en la profesionalización de sus integrantes,
todos sus miembros asumieron una doble función aparte de la de fusilero “puro y
duro”. Así, el Jefe de pelotón es igualmente el encargado de transportar y
manejar las comunicaciones, y en cada uno de sus dos equipos de fuego hay dos
lanzagranadas AG36 de 40mm incorporados a los fusiles HK G36 de dos de sus
miembros, una ametralladora ligera FN MINIMI de 5,56mm y al menos un sistema
lanzacohetes C-90 de la casa INSTALAZA.
Con
este ejemplo español, queda de manifiesto que en los marines americanos un
pelotón más reducido podría ser perfectamente factible, de la misma manera que
lo ha sido en la Brigada de Infantería de Marina “Tercio de Armada” de España.
Pero como
no podía ser de otra manera, en el seno del USMC, y también fuera de él,
rápidamente han salido voces favorables y contrarias a esta reorganización de
su actual pelotón de trece, a uno de doce marines.
Observaciones a favor de este nuevo
pelotón.
A
favor queda, según también anunció el Comandante General Neller en su
intervención, que con esta aparente simple reducción de un marine por pelotón,
el Cuerpo ganaría nada menos que 648 marines adicionales, según los cálculos de
la Comandancia General del USMC, que podrían distribuirlos en otros puestos de
la Fuerza, tales como en las áreas de Operaciones cibernéticas y Guerra electrónica,
que se encuentran hoy en día en tremendo auge; en los nuevos pelotones de
zapadores de combate que se quieren también asignar en permanencia a las
compañías de fusiles; en los nuevos equipos de misiles contracarros “Javelin”
para reforzar las compañías de armas; o para ampliar las secciones de
Inteligencia de los batallones.
Por
otro lado, es idea también del propio Comandante General Neller que este nuevo
pelotón, a pesar de tener un soldado menos, cuente con una mayor potencia de
fuego, ya que se pretende incluir en cada pelotón tanto a un tirador selecto
dotado de un fusil M38 con supresor sónico y visor óptico “Leupold”, como a un
granadero armado de un lanzagranadas portátil HK M320, un cañón sin retroceso
multipropósito portátil de 84 mm “Carl Gustaf” o un lanzacohetes de asalto
multipropósito SMAW MK-153. Además, por supuesto, de los correspondientes
lanzacohetes antitanque AT-4 y ametralladoras ligeras M249 que estarían de
dotación en cada uno de los equipos de fuego.
Por
otra parte Pablo Colón, ex Jefe de pelotón de marines que estuvo desplegado en
Sangin, en la provincia de Helmand (Afganistán), ve bien esa reducción ya que en
base a su experiencia, “cuanto más pequeño es el elemento, más fácil es de
controlar durante un tiroteo, que es cuando todos pierden la cabeza”.
Otro ex
Jefe de pelotón de marines, llamado Nick Vaughan, que en este caso sirvió en
Irak, opina que “los equipos de fuego de tres hombres pueden maniobrar tan
eficazmente como los equipos de cuatro hombres, máxime cuando la capacidad de
cubrir por el fuego se distribuye por igual”. Luego, con respecto al nuevo
puesto de Operador, es aún más claro: “la formalización de un puesto de Operador
de sistemas de pelotón para manejar las demandas masivas de guerra electrónica/C3[3] en el pelotón de fusiles
era algo por lo que hubiera matado cuando yo estuve en ese puesto”.
Pero sin
duda la opinión que más nos puede interesar es la del sargento primero de los
marines Iván Del Valle, madrileño que sirvió tanto en la Infantería de Marina
española como en la estadounidense (cuatro años en el TEAR y quince en el USMC,
donde desplegó en Irak y Afganistán), y que por tanto ha podido experimentar en
sus propias carnes tanto el pelotón español de once componentes, como el de
trece soldados de los marines, y así comparar ambos con total conocimiento.
Este
sargento primero redunda en lo que ya se ha comentado antes en este artículo: “pienso
que la reducción de los pelotones de fusiles de los USMC es una elección
positiva, teniendo en cuenta todos los adelantos tecnológicos y las
características del actual campo de batalla, donde la
mayoría de las acciones se desarrollan en terreno urbano, y donde las unidades
pequeñas se desenvuelven mucho mejor de las grandes”. Con respecto a la nueva
figura del Operador de sistemas del pelotón, el sargento primero Iván Del Valle
también opina positivamente, ya que considera que “la unión de un marine
técnico en las filas de los fusileros es ventajosa. En mi experiencia en
múltiples acciones en combate, siempre me encontré con los habituales problemas
de comunicaciones, y la posibilidad de tener un técnico que fuera responsable
de mantener no sólo las comunicaciones radio, sino también las de live chat, como
BFT y otras utilizadas, hubiera sido un arma muy poderosa”.
Críticas en contra de este nuevo pelotón.
Las
opiniones contrarias a esta reorganización tampoco se han hecho esperar,
surgiendo también las voces de otros marines veteranos, donde predomina la idea
de que en ese nuevo pelotón con un soldado menos, “si alguien cae herido, habrá
menos personas que puedan evacuar a la víctima”, o que también habrá “menos
personal para repartirse los periodos de vigilancias y de guardias, y que éstos
serán más largos y agotadores, con el riesgo que éso plantea”.
También
son generalizadas aquellas voces de la experiencia que dicen que ven un error
el que los equipos de fuego sean de sólo tres militares, ya que está más que comprobado
que en combate lo ideal es combatir siempre por binomios. Con lo que las
escuadras de cuatro son las más adecuadas.
Por
otra parte, ese adiestramiento adicional centrado más en la técnica y en la
tecnología, que al final seguramente implicará irremediablemente a todo el
pelotón, plantea también algunas preocupaciones, ya que “habrá marines que
tendrán que aumentar su adiestramiento previo al despliegue, con lo que se
estaría agregando un esfuerzo adicional”.
Y como
no, ante esta reducción de personal pero con un aumento significativo del
material y del armamento, también surge la crítica del capitán del USMC Joshua
Peña y otros oficiales, quienes consideran que el aumentar la carga de peso a
cada marine, será indudablemente una gran preocupación que proporcionará
bastante malestar entre los soldados.
Con
respecto a ésto último ya se adelantó en su discurso el Comandante General
Neller al reconocer que “no podemos seguir añadiendo más peso a los marines”,
con lo que el Cuerpo ya está trabajando en formas de reducir la carga que
soportan los soldados, como por ejemplo con la adquisición de nuevos chalecos “Plate
Carrier Gen III” (que pesan un 23% menos, en comparación con los modelos
anteriores); en suministrar nuevo calzado y uniformes más ligeros y de secado
más rápido; y hasta en buscar la manera de reducir la cantidad de baterías que
un marine tenga que transportar, máxime ahora que se llevarían más aparatos
electrónicos. La solución a ésto se podría dar utilizándose acumuladores de
energía solar, como los dispositivos “Squad Power Manager” de la casa Protonex
Technology Corporation, que ya se están probando en la Academia de Quantico (Virginia).
Conclusión:
A la
vista de este pequeño estudio, se podría concluir que este cambio a un pelotón
de doce hombres va a ser algo satisfactorio para el USMC, ya que aparte de
aumentar su capacidad tecnológica en el tema de la Inteligencia y C3, se
aumenta enormemente su letalidad y se pueden reforzar otra áreas de la Fuerza
necesitadas de personal, a pesar de exigírsele más formación, entrenamiento y
profesionalidad a cada marine. Además de ser una unidad más manejable, fácil de
insertar prácticamente desde cualquier medio y, sobre todo, más fácil de
controlar y dirigir.
Aun
así, ya se ha determinado que este cambio no se va a realizar de manera
automática. Por lo pronto, se ha designado al 1er Batallón del 7º
Regimiento de Marines para que sea la unidad donde se experimente con este
nuevo pelotón de doce miembros. Ellos recabarán los datos más fiables de su
conveniencia, para finalmente tomar la decisión de implementarlo o no en su
doctrina en el año 2021.
Con lo
que al menos hasta esa fecha no se desarrollará de manera oficial, y siempre teniéndose
claro que, en caso de no prosperar esta nueva organización, se seguiría
manteniendo el que actualmente está en uso, quizás con tan sólo una mayor carga
tecnológica, obligado por las nuevas exigencias de la guerra moderna. Según
dijo la portavoz del USMC en una entrevista reciente, la Capitán Ryan Alvis, “el
Comandante General ha dejado claro que todos los cambios podrían llegar a ser
reversibles”, si lógicamente se comprueban que no son factibles.
[1] En el Cuerpo de Marines de Estados
Unidos, prácticamente desde sus inicios en la vida militar, su personal está
encuadrado en una especialidad fundamental, que ellos denominan Military Occupational Specialty (MOS), teniendo
cada una un código numérico característico. Las principales MOS son las de “0100
administración”, “0200 Inteligencia”, “0300 infantería”, “0400 logística”, “0600
comunicaciones”, “0800 artillería”, “0900 instructor”, “1300 ingeniero”, “1700 Operaciones
cibernéticas”, “1800 conductor de vehículos de combate”, “2100 mecánico”, “2300
municiones y explosivos”, “2600 guerra electrónica”, “4800 reclutamiento”,
“5500 músico”, “5700 defensa NBQ”, “5800 policía militar”, “6000 mantenimiento
de aeronaves, “7500 piloto” y así un largo etcétera.
[2] Los RPAS son unos sistemas pilotados a control
remoto que potencian las capacidades de detección de amenazas y de Inteligencia,
Reconocimiento y Vigilancia de las unidades en combate. Éstos pueden ser de ala
fija como los ALCOTÁN o los WASP AE, o con cuatro pequeñas hélices como los HUGGIN
X-1, por ejemplo.
[3] C3 es un concepto táctico que significa
“Command, Control and Communications”, o sea: Mando, Control y Comunicaciones.
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