EL GENERAL MANRIQUE DE LARA Y BERRY
Artículo publicado en la REVISTA DEL TERCIO DE VETERANOS del mes de diciembre de 2019
El 27 de febrero de 1929 fallecía en la clínica alemana “Sankt Blasien”, el inspector General del Cuerpo, general de división d. Manuel Manrique de Lara y Berry, a consecuencia de una mortal enfermedad contraída durante una comisión en los Balcanes, relacionada con el canje de prisioneros de la guerra greco-turca.
El general Manuel Manrique de Lara fue un hombre muy polifacético que nació en Cartagena el 24 de octubre de 1863. Era hijo del coronel de Infantería de Marina Manuel Manrique de Lara y Pazos, vencedor de la batalla del “paso de Las Muñecas” durante la tercera guerra carlista.
En el año 1879, con sólo 16 años, ingresó en la Escuela del Cuerpo como cadete, egresando al año siguiente con el empleo de alférez. Desde entonces empezó a compaginar su carrera militar con una prometedora carrera musical. Siendo discípulo del afamado músico Ruperto Chapí Lorente, compuso varias obras entre los años 1890 y 1895.
Con el empleo de capitán, durante la guerra hispano-norteamericana de 1898, mandó la guarnición de Infantería de Marina del acorazado Pelayo.
En el año 1900 estrenó su zarzuela denominada “el ciudadano Simón” y en 1910 su ópera “Rodrigo Díaz de Vivar”, con la Orquesta Sinfónica de Madrid, y cantada por la soprano Ortega Villar, el tenor Serna y el barítono Jove, consagrándose además como un importante crítico musical de la época.
En 1917 ingresó como académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Ya de teniente coronel, en 1919 ejerció como Jefe del segundo batallón del regimiento expedicionario de Infantería de Marina en Larache, tomando el mando de todo el regimiento dos años más tarde, tras ser ascendido a coronel.
En los cinco años que sirvió en el norte de África, fue condecorado con cuatro cruces con distintivo rojo, tres al mérito militar y uno al naval. A partir del año 1925, siendo general de división, ostentó el cargo de Inspector Jefe del Cuerpo de Infantería de Marina.
En 1927 publicó el libro “Una campaña en Yebala”, donde más que describir operaciones militares, más bien fue un trabajo de literatura épica.
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