EL CORONEL VIRGILIO CABANELLAS

           Artículo publicado en la REVISTA DEL TERCIO DE VETERANOS del mes de julio de 2020 


El día 2 de octubre del año 1900 fallecía el coronel de Infantería de Marina Virgilio Cabanellas Tapia, quien también desarrolló una brillante carrera literaria y como inventor, llegando a escribir una veintena de obras de gran interés profesional y diseñar una novedosa mochila de campaña y un cuchillo-bayoneta. Nació en Cartagena el 4 de diciembre de 1832, hijo del Comisario de Marina, y se alistó en el Tercer batallón de Marina del Departamento de Cartagena, con sólo 16 años.

A los pocos meses se presentó a los exámenes del Colegio Militar de Marina de Cádiz, ingresando en él y saliendo dos años más tarde con el número 1 de su promoción (Real Decreto de 17 de julio de 1850). Nueve años más tarde se incorporó al Ejército de operaciones de África, siendo recompensado tras la batalla de Wad-Ras, con la Cruz sencilla de San Fernando de 1ª clase.

                                                 La batalla de Wad Ras (Mariano Fortuny. Museo del Prado)

Ascendido a capitán por antigüedad el 1 de mayo de 1861, fue declarado Benemérito de la Patria, en virtud a sus méritos en combate. Gracias a esa distinción, pocas semanas después, pudo librarse de ingresar en el Penal de San Antón de La Coruña tras ser condenado a cuatro meses de prisión por escribir artículos acerca asuntos militares en la prensa (lo que no le amedrentó, ya que nunca dejó de colaborar, durante más de treinta años, con el periódico “El Correo Militar”), siendo destinado a mandar la 5ª compañía del 4º batallón del Ejército de operaciones de Cuba, de guarnición en las fortalezas de La Habana. 

Tras operar allí dos años, en febrero de 1863 regresó al Departamento de Cartagena, desde donde saldría en mayo del año siguiente hacia la isla de Santo Domingo, formando parte de la división que tomó Montecristi y que participó en Lagunas Verdes y en la defensa del fuerte de San Francisco. Dos años más tarde, por sus servicios prestados en esa campaña, se le concedió el empleo de Comandante del Ejército de Tierra, solicitando entonces su pase a este Ejército, que se le concedió tras la revolución de 1868 contra Isabel II. 

En estos años publicó sus dos primeros libros: “Organización de la Infantería española” y “Sistema para la conservación de las tropas en campaña”, por los que fue recompensado con dos Cruces, una al Mérito Naval y otra al Mérito Militar. Durante los sucesos cantonales de Cartagena de 1873, participó integrado en el Cuartel General del Ejército sitiador, recibiendo la encomienda de Isabel la Católica y volviendo a ser declarado Benemérito de la patria. 


En 1877 volvió al Cuerpo de Infantería de Marina con el empleo de Teniente Coronel. A partir de entonces, cuando el servicio se lo permitía, también se dedicó casi con exclusividad a su activa producción literaria, por la que nuevamente fue recompensado con una Cruz al Mérito Militar, e incluso con el ascenso a Coronel del Ejército, por ser considerados de gran interés para las nuevas doctrinas de la guerra. Así, publicó los siguientes libros: “Arte militar: práctica de la guerra y aplicación de la táctica”, “Guía de los Ejércitos en la Paz”, “Doctrinas militares”, “Veladas Militares”, “Atalayas volantes y reconocimientos militares”, “Las impedimentas en Cuba (menaje de campamento)”, “Manual del oficial, sargento y cabo en las Campañas de ultramar”, “La táctica en Cuba, África y Filipinas (sorpresa, emboscadas e impedimentas)”, “Gimnasia militar al fusil”, “Juicio crítico sobre el tiro de guerra en África”, “Defensa interior de las plazas de guerra”, “Proyecto de reforma en la Infantería de Marina”, “Subsistencia y movilidad de las tropas en operaciones”, “Manejo del arma en las filas”, “Al Ejército de Cuba”, “La guerra en Cuba”, “¡Ayes militares!, historia del siglo XIX” y “Prontuario de campaña (imposibilidad de choque entre columnas amigas en la oscuridad)”, libros que aún hoy son conservados en la biblioteca del Casino de Cartagena.


Un año antes de fallecer, por voluntad propia y agotado por una larga enfermedad, pasó al retiro con el empleo de Coronel de Infantería de Marina. Como curiosidad, uno de sus hijos fue el general Miguel Cabanellas, uno de los conocidos militares que se sublevaron el 18 de julio de 1936.






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