PRÓLOGO CUADERNO DEL REBALAJE Nº 60

                 Prólogo del CUADERNO DEL REBALAJE Nº 60 de octubre - diciembre de 2023



La mar es un entorno impresionante. Algo difícil de describir para quien no haya tenido nunca relación con ella. Una gigantesca masa líquida, pero dotada de una enorme vida. Y también de muchos secretos y misterios.

Frente a Málaga, en las profundidades del Mediterráneo, entre las olas y la bruma que abrazan esas aguas andaluzas, se encuentra un tesoro de historias desconocidas. Historias que tratan sobre los naufragios de aquellos buques que, tras perder su batalla contra los elementos y las circunstancias que les tocó afrontar, quedaron sumergidos allí para siempre.

Es en este escenario, donde mi admirado Fernando José García Echegoyen nos invita a convertirnos en testigos de la fragilidad humana ante la implacable fuerza de la mar, o de los ingenios marinos que para la guerra naval se han inventado.


Un autor al que, como tantas otras personas, lo conocí gracias al programa de televisión en el que participa habitualmente. Sus relatos serenos pero precisos, y los temas marítimos que aborda en ellos, me cautivaron desde el primer momento que le escuché. Hoy en día me atrevo a decir que no existe nadie en España que se dedique a ellos con tanta sabiduría y entusiasmo, convirtiéndose así en toda una eminencia. Y por diversas casualidades de la vida, pude conocerle en persona y compartir interesantes conversaciones. Quizás por ello me ha concedido el tremendo honor de prologarle este documento.

Un documento donde, desde la primera página, quedaremos cautivados por el detallado estilo con el que Echegoyen nos ofrece una mirada única al pasado, rescatando del olvido los secretos de las naves que yacen en silencio bajo esas aguas. Unas aguas que yo, como miembro de la Armada, he tenido el privilegio de surcar durante más de tres décadas. Tanto en buques “blancos” como “grises”, enfrentándome a muchos peligros y dificultades, tanto de día como de noche, y siempre imaginando esas historias que bajo mí podían existir y que ahora en estas páginas nos ofrece este incansable investigador.

Su rigor técnico nos muestra una visión precisa y documentada de cada siniestro, pero sus palabras de experimentado lobo de mar nos brindan una mirada íntima hacia aquellos tripulantes que se enfrentaron al desastre con coraje y determinación. Sus vidas, llenas de sueños y esperanzas, se convirtieron en leyendas en el momento del naufragio. Con la mente en sus familias y, seguro, también en la Virgen del Carmen. La divinidad a la que en la mar todos nos encomendamos cuando nos surgen contratiempos, seamos creyentes o no, tal y como indica la memorable frase esculpida en la capilla de la Escuela Naval Militar: «el que no sepa rezar, que vaya por esos mares, verá que pronto lo aprende sin enseñárselo nadie».

Echegoyen nos transporta de manera magistral a esos momentos previos a la tragedia, acercándonos incluso a algunos de los personajes que se encontraban a bordo, y nos hace sentir su voluntad de sobrevivir cuando se desencadenó el caos. De igual forma es inevitable que, durante la lectura de estas páginas, nuestra mente se traslade a reflexionar sobre los desconocidos actos de solidaridad que suelen surgir ante las adversidades, y que sin duda embriagó a los anónimos componentes de esas tripulaciones y a los habitantes de aquellas pequeñas localidades costeras, que arriesgaron sus propias vidas para socorrer a los náufragos. O recuperar sus cuerpos.


Porque un naufragio no es sólo el hecho desgraciado en sí; es todo lo que le antecede, sus causas, los motivos, las averías… en ocasiones incluso la persecución y la caza. Y también todo lo que ocurre después, la búsqueda, el rescate, las consecuencias y, como ya he dicho, la solidaridad y el compañerismo. Cualidades humanas, de las pocas que quedan hoy en día, que afortunadamente aún nacen de manera espontánea en muchas personas durante acontecimientos inesperados, impidiéndoles quedarse impasibles ante lo que ven frente a sus ojos. Sirva este escrito para honrar sus memorias. 


Pero esta interesante obra no es simplemente una exposición de tragedias marítimas, algunas provocadas por acción de guerra y otras por desgraciados accidentes, es igualmente una ventana hacia la riqueza cultural y la identidad histórica de Málaga. Esa milenaria y estratégica ciudad que domina la entrada al sur de Europa, que ha sido testigo, como podemos leer aquí, en innumerables hechos en los que la mar y sus gentes fueron los protagonistas.

Déjese llevar por estos relatos marítimos que, con exactitud y respeto, Fernando José García Echegoyen nos ha capturado para la posteridad.


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