LA TERCERA GUERRA CARLISTA PRENDE OTRA VEZ EN SOMORROSTRO

Noticia publicada en el periódico EL CORREO el día 20 de mayo de 2024 (Fermín Azpeteguía)


Vecinos de Las Encartaciones conmemoran en Muskiz los 150 años de una batalla crucial, con una representación popular de la contienda que busca trasladar a las nuevas generaciones un mensaje de paz.


La de Marcelo Galván es una de esas historias que uno nunca sabe si fue el destino o una simple casualidad de la vida. Sea como fuere, ocurrió. Salió de su México natal hace tantos años que casi ni se acuerda. «No lo sé, llevo media vida fuera», cuenta. Después de dar mil y un vueltas por España fue a parar a Muskiz. No lo buscó, simplemente llegó y se quedó. Era marzo de 2019, un año antes de que se desatara la última gran pandemia. Y allí, en la localidad encartada descubrió la historia que jamás hubiera imaginado. A finales del siglo XIX vivió en la zona un capitán de la primera compañía de los liberales, Ramón Pardo y Pardo, que murió en la batalla de Somorrostro. ¡Era su trastatarabuelo! «¡El padre de mi tatarabuelo, cinco generaciones anteriores a la mía! ¿Te lo puedes creer?», exclama, enfundado en su traje de soldado liberal. «¡Es magia!», dice maravillado, con los ojos abiertos como platos. Marcelo es uno de los 180 vecinos que han participado hoy en la recreación de la Batalla de Somorrostro, que fue crucial para la liberación de Bilbao en la Tercera Guerra Carlista. Ocurrió hace 150 años y provocó 8.000 bajas entre los soldados, según ha podido recopilar el Centro Trueba, que se dedica a la reconstrucción de la historia local. La institución es, desde hace varios años, quien se ocupa de la recreación de la contienda local, con un doble objetivo.

Buscaban, según cuenta Ricardo Santamaría, en primer lugar, recuperar la memoria histórica de un acontecimiento que fue trascendental no sólo en el final del carlismo sino también para la comarca de Las Encartaciones. «Hace quince años, hicimos una encuesta a más de 200 vecinos de la zona para ver qué sabían de este acontecimiento y sólo dos tenían una idea floja de lo que había sucedido en estas campas», explica señalando las que abrazan el río Barbadun, en el entorno del Ayuntamiento de Muskiz. «Tenían el recuerdo de lo que les habían contado sus tatarabuelos...»



9.000 cañonazos y 800.000 disparos

El Centro Trueba de Documentación y Divulgación de las Encartaciones, una organización sin ánimo de lucro, quería además, convertir la tragedia en algo lúdico, festivo, que permitiera trasladar a las nuevas generaciones un mensaje de paz y solidaridad. Tres días de batalla, 8.000 muertos y heridos, más de 9.000 disparos de artillería y más de 800.000 cartuchos de fusil se transformaron hace casi diez años en un desfile conmemorativo que recorre las calles de Muskiz a ritmo de canciones populares vascas y en el que participan más de 150 vecinos de la comarca.


Cientos de vecinos de Las Encartaciones han llenado hoy las calles de Muskiz para asistir al desfile y posterior representación del histórico enfrentamiento vivido en Somorrostro. Hace 150 años fueron 35.000 liberales, que entraron por la costa desde Santander, equipados con más de 50 piezas de artillería y apoyados por el mar con ocho barcos de guerra, entre fragatas, vapores y cañoneros. Tenían enfrente a 15.000 carlistas, con ocho cañones de tierra... El objetivo, liberar Bilbao.

«La guerra siempre es terrible. Hay que recordarla para que nunca jamás se repita algo así, pero participar en algo así me encanta. Es bonito y lo pasamos fenomenal», cuenta Margari Fernández Serrano, una vecina de Pobeña de 64 años, que lleva ya varios participando en el acto con su cuadrilla de amigos. Por su uniforme, le ha tocado formar parte del ejército liberal.

A Floren Benito Aragón y Gurko Urtiaga, dos amigos de Sopuerta y Somorrostro, respectivamente, les ha tocado hacer de zuavos, una selecta unidad de choque del frente carlista, que lucía un elegante uniforme inspirado en los zuavos pontificios, con una boina de influencia vasca. «No somos militaristas», explican. «Participar en un acto de este tipo es una forma de reivindicar el pasado, de recordar los miles de muertos, la mayoría gente joven que se lleva la guerra, y contribuir a divulgar un hecho histórico con profundas consecuencias para la zona encartada», argumentan. Desde entonces, reivindica Santamaría, la comarca vive olvidada, aún hoy en el siglo XXI.

Armas de madera
Muy cerca de ellos, Miren Mesanza González, vecina de Trapagaran de 39 años, toma una foto a Sergio Expósito, un canario de Tenerife, de 39. Es la primera vez que participan en la fiesta y quieren pasarlo bien. A él, que es militar, la idea le ha encantado. «Nos ha tocado ganar», bromean enfundados en su trajes de soldados liberales. Hoy las armas son de madera. Los únicos disparos que realizan son los de la cámara fotográfica de Miren. La vida es un presente lleno de recuerdos para el futuro.

Arranca el desfile. Es el paso previo a la recreación de la batalla, que tendrá lugar en las campas próximas al Ayuntamiento de la localidad. Capitanes, generales, soldados, cantineras, capellanes, una docena de jinetes, la artillería, música tradicional.... Muskiz es una fiesta. La guerra ha terminado, como cantaba John Lennon, si tú lo quieres. Las Encartaciones, entretanto, esperan su momento.




Del Ejército liberal y de las filas del Athletic
Entre el público que asiste hoy a la representación figura Jesús Campelo Gainza, un militar gaditano, que bajo su jersey lleva hoy una camiseta del Athletic. Su corazón deportivo está partido en dos, entre el equipo de su tierra y el de sus antepasados, que también es suyo, el actual campeón de Copa. «Lo de la camiseta ha sido una casualidad, se lo prometo», afirma el hombre -gran conocedor de la batalla de Somorrostro, con ascendencia gallega y vasca-, mientras muestra el escudo rojiblanco. «¡Pero en Cádiz somos muchos los seguidores del Athletic!». Pertenece a la Infantería de Marina de Cádiz, que curiosamente celebra estos días los 150 años de la batalla de Somorrostro porque su participación en ella fue tan decisiva que acabó recibiendo por ello la laureada de San Fernando, la máxima condecoración militar española. Campelo Gainza dirige la Oficina para la Conservación Histórica de la Infantería de Marina (OCHIM). Uno de sus antepasados participó, según cuenta, en la histórica batalla que permitió liberar Bilbao. 150 años después, el centro Trueba le ha invitado a dar una charla sobre este acontecimiento, que tuvo lugar ayer. La historia vasca que recorre sus venas no sólo comunica con el Ejercito liberal de la Tercera Guerra Carlista. Su segundo apellido le enlaza, según cuenta orgulloso, con el histórico goleador del Athletic, Piru Gainza, «que es el futbolista que tiene el récord de haber ganado más copas del Rey», apostilla. Era primo carnal de su abuelo. ¿El destino, otra coincidencia...?





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