SOMORROSTRO SE REENCUENTRA CON SU ÉPICA BATALLA

 Noticia publicada en el periódico DEIA el día 20 de mayo de 2024 (Emilio Zunzunegui)


Jesús Campelo, historiador del cuerpo de Infantería de Marina, fue testigo directo de la cita.

La conmemoración del 150 aniversario de las batallas de Somorrostro acontecidas en 1874 durante la III Guerra Carlista, que en Bizkaia culminaría en mayo con la ruptura del cerco vasquista de Bilbao, contó ayer domingo con un observador de postín en la figura del comandante de Infantería de Marina, Jesús Campelo Gainza –familiar del mítico jugador del Athletic Piru Gainza– historiador de este cuerpo con sede en Cádiz que por su acción en tierras encartadas recibió la Laureada de San Fernando, la máxima distinción militar del ejército español. “Para este cuerpo esta efeméride es muy importante y de hecho se conmemora todos los años”, apuntó el asesor histórico del cuerpo que ayer domingo no perdía detalle de la representación de la batalla que se libró en el puente sobre el Barbadun en el barrio de San Juan, donde el ejército liberal debió retroceder a las posiciones que mantenían en lomas cercanas como Janeo, Pico Ramos o el Montaño, y de la lucha cuerpo a cuerpo de los contendientes en las campas de San Juan.




Campelo, apoyado por fuentes primarias del conflicto armado muskiztarra, uno de los más cruentos de las guerras carlistas con más de 8.000 muertos –basados en los datos del ejército liberal y con la estimación del bando carlista– ilustró a los muskiztarras que acudieron el sábado a la charla en el salón del teatro Meatzari sobre los pasos que dieron los liberales desde Cantabria hasta llegar a romper el cerco carlista por la zona de Las Muñecas que les llevó a Bilbao. “La batalla del 27 de marzo que nosotros conocemos como la batalla de San Pedro de Abanto (Abanto-Zierbena) fue un éxito en el sentido militar porque a pesar de las enormes pérdidas en los batallones –del primer regimiento solo sobrevivieron tres soldados– se consiguió conquistar el caserío de Murrieta y la iglesia de San Pedro de Abanto que era el centro de la defensiva carlista pero el desgaste fue tal en número de bajas que el general Serrano –presidente del Gobierno– decidió pararse ahí, hacer la famosa tregua que hasta Unamuno recogió en su primera novela y, tras varias tormentas el campamento se desplaza hacia Las Muñecas donde se logró abrir camino hacia Bilbao”, resumió Campelo quien resaltó la importancia de la encomienda que desarrolla el Centro Trueba para mantener la memoria de un hecho bélico excepcional en una guerra que a diferencia de los conflictos actuales, “los capitanes iban delante de su tropas arengándolas e infundiéndoles valor, sable en mano.



Una gesta militar que a pesar de que la guerra siempre es muy perra, tenía un cierto espíritu humanista que permitía situaciones como treguas pactadas en las que los soldados de ambos bandos intercambiaban viandas o tabaco –como reflejaron los corresponsales gráficos de la época– o como sucediera el 28 de marzo de 1874, a instancia del párroco de San Juan de Musques, se pararan los enfrentamientos para dar sepultura a los caídos en el campo de batalla o la incineración de decenas de cadáveres en el caserío Murrieta.

“Tenemos constancia de que el día 27 de marzo fallecieron 2.200 soldados de la infantería liberal y unos 220 soldados carlistas”, detalló este historiador militar que señaló que en las crónicas de uno y otro bando ha quedado constancia de que el ejército carlista “vitoreaba a las soldados liberales cuando se retiraban de la primera línea, sin duda movidos por el coraje que demostraron aquellos soldados que se enfrentaban por primera vez a una contiendas donde se construyeron las trincheras que luego serían copiadas en otros conflictos posteriores”.

Representación
La celebración de la efeméride, de la que el Centro Trueba lleva desarrollando diferentes eventos como charlas, conferencias, exposiciones, publicaciones o visitas guiadas a los escenarios bélicos, contó ayer domingo con más de 100 voluntarios reclutados por el centro de Documentación y Divulgación.



“Nuestras campañas de divulgación no han pretendido recuperar el drama bélico, si no sacar del olvido esta importante batalla que supuso el punto de inflexión de la comarca encartada con la abolición de parte del Fuero o la anulación de las Juntas Generales a las que a principios de siglo de habían unidos valles y concejos encartados”, remarcó el director de Trueba Zentroa, Ricardo Santamaría, quien lamentó que las adversas condiciones climatológicas que registró la jornada conmemorativa impidieran la presencia de los soldados de caballería.






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